Seis cinco, seis cuatro,
el teléfono al que llamo.
Dos ocho, cinco, cero cinco…
Cuelgo, nadie contesta.
Hablar contigo es imposible,
ya no estás ahí.
Miro la luna y me pregunto,
¿Seis cinco, seis cuatro…?
Madre luna, ¿dónde está?
Rompo la última barrera,
la del alma y el corazón.
Y ya no será posible comunicar.
Hola, hola, cariño, ¿cómo estás?
Te echo de menos…
No, cuelga tú mi amor…
No, cuelga tú…
El dolor es necesario,
y decir adiós tantas veces
sólo con un número…
Seis cinco, seis cuatro…
Deja una respuesta